Cámaras de fotos

viernes, 19 de agosto de 2011

Cámaras de fotos hay muchas, muy variadas, de muchos formatos, construidas con los más diversos materiales y destinadas a los más variados perfiles de usuario. Cada uno tiene un tipo de cámara que le gusta y ninguna es mejor que otra, simplemente es diferente dependiendo de a quien le preguntes. Estando en Alemania me conseguí hacer con una vieja Canon A-1, una cámara de los años 80 preciosa que funcionaba perfectamente cuando la conseguí. Con el paso del tiempo fueron apareciendo los primeros inconvenientes: obturador a veces lento, falta de autofoco, avance manual, etc. Muchas de estas cosas son obvias en este tipo de cámaras, no obstante fueron apareciendo algunos problemillas que se solían solucionar poco a poco, pero que nunca modificaron mi opinión inicial sobre la cámara: una maravilla.

Hace mucho tiempo, unos dos años más o menos, escribí en este blog que las mujeres eran como cámaras de fotos. Aparatos que captan nuestra atención por su perfección aparente, cuyos ojos, movimientos, forma de hablar, de moverse, de hacerte sentir feliz, hacen que tu alma quede atrapada en una especie de cámara oscura parecida a la que usan las cámaras de fotos y al igual que éstas, la luz, o en este caso tu especie de alma mortal, queda atrapada en sus ojos una vez que el obturador se aprieta. El momento exacto en el que esto pasa nunca está claro, pero hay quien dice que en dicho momento tu mundo se reduce a ella. Te pueden atrapar estando en la cola del súper (en plan americano), durante un concierto tocando el violín o en el cine viendo Hamlet en B/N, apretando ella el obturador dejándote indefenso. La sensación de indefensión es tan terrorífica como el momento justo antes de que el pelotón de fusilamiento dispare y tan alegre como cuando te hace cosquillas tu madre siendo un niño

Como todo aparato maravilloso y delicado, dichas cámaras necesitan mantenimiento y cuidados, no vaya a ser que el alma atrapada en el celuloide en la cámara oscura se estropee y se corrompa. Muchas veces las cámaras dan dificultades y hay que hacer muchos esfuerzos para que vuelvan a funcionar bien, pero uno lo hace encantado porque sabe que es una máquina como ninguna otra. Además, lo curioso de estas cámaras es que tienen sentimientos de lo más variados, lo que muchas veces hace que tú te preguntes porque no te pasas al digital. La respuesta está clara: la magia del analógico y su forma de capturarte te maravillan, te sorprende y al igual que con las fotos, su falta de perfección te engancha. En muchas ocasiones se le echa la culpa a esa alma atrapada de que no funciona bien la cámara, a lo que dicho ente etéreo responde negativamente culpando a la cámara. En la mayoría de las ocasiones se trata de un problema bilateral que se soluciona sincronizando ambas partes haciéndolas funcionar como una sola.

Además de sentimientos, estas cámaras tienen sueños que tú, desesperado por mantener viva esa parte de tu alma atrapada en su interior, intentas hacer que se cumplan porque no quieres que dicha cámara se estropee. Si esto ocurriese, la parte de ti que está atrapada en la máquina sufriría al igual que un fotograma se estropea al colarse la luz en la cámara oscura. Muchas veces la luz se cuela poco a poco sin que tú, pobre fotógrafo encargado de cuidar la máquina sepas qué está pasando. Si la luz se cuela poco a poco, el dolor lo sufre tu alma de poco en poco, hasta que se termina de extinguir esa magia que brillaba dentro de ella. No obstante, esa parte de ti no muere, porque ha tenido tiempo de recuperarse de los flashes. En otras ocasiones se cuela de una forma tan imprevista y es una luz tan cegadora que tu alma muere tras mucho sufrimiento, un sufrimiento motivado por la indefensión y la sorpresa de que tu querida cámara haya tenido esa reacción. Es en ese momento en el que tú, pobre mecánico, intentas descubrir sin éxito el origen de todo. En muchos casos el origen está claro. En otros es inexplicable ya que has hecho un esfuerzo enorme en hacerla feliz, en procurar que esa sonrisa se mantuviese siempre en su cara, que en sus ojos siempre brillase la luz que te capturó y que en su cuerpo siempre hubiese sitio para la alegría. Te has esforzado tanto y durante tanto tiempo que estabas dispuesto a dejar de lado los sueños que tenías antes de conocerla para escribir unos nuevos en los que cuidar dicho artefacto con amor y cariño fuese una de tus mayores preocupaciones.

La alegría de cuidar de dicho aparato da paso al dolor más profundo, un dolor que nunca habías sufrido y que no pensabas que fuese posible sufrir de esa manera. ¿Por qué? Difícil pregunta cuya respuesta muchas veces ni la propia máquina conoce. No es fácil perder un trocito de tu alma, sobre todo si la máquina ha hecho tantas tomas que el trozo se ha hecho casi tan grande como tú.

No soy un gran escritor, ni siquiera soy bueno. Yo diría que soy regular. ¡Qué coño! Ni siquiera soy un buen fotógrafo. Hace dos años, cuando hice el símil de las cámaras por primera vez, pesaba que una cámara de fotos era algo perfecto e infalible que fusionaba el ojo y el alma propia del fotógrafo con un montón de lentes, tornillos, plásticos y demás elementos sintéticos que tenían como resultado producir algo capaz de conmover el alma de nuevo. Así mismo, acababa de descubrir el maravilloso mundo de enamorarse y tener a alguien, algo que era completamente nuevo para mí y algo que nunca tuvo para mí la más mínima relevancia hasta entonces. Ambos mundos, el de la fotografía y el del amor eran nuevos casi simultáneamente para mí e hice, sin casi pensarlo, la relación entre ambos. Acababa de escribirle una carta a una chica muy especial (esa máquina maravillosa) y me sentía increíblemente solo por su ausencia. Mientras escribía la carta, dejaba de lado mis sueños por ella, construía un mundo nuevo basado en nuevas experiencias que nada tenían que ver con las acumuladas anteriormente. Pero todo lo que empieza, llega a su fin. Yo esperaba un fin anciano y con arrugas cuidando de tortugas y gallinas mientras abrazaba a mis nietos y le susurraba a mi pequeña cámara todas las noches antes de irnos a dormir que siempre sería única y especial para mí. No obstante el final ha llegado con menos arrugas de lo esperado y con menos tortugas de lo pensado.

He vivido y hecho muchas cosas a lo largo de mi vida, demasiadas quizá, y nunca ninguna había sido tan espectacularmente dolorosa como la que me ha pasado hoy. Me han pegado con una porra de policía, me he cortado con las cuerdas de un violín, casi me llevo un dedo decapando una mesa de comedor mientras trabajaba de carpintero, me dieron un culatazo de fusil en la Armada e incluso me ha atropellado un coche, no obstante ninguna de estas o de otras que no pongo aquí me han dejado tan dolorido y tan vacío por dentro. Además a diferencia de todo lo anterior, este dolor no se me va a olvidar nunca y me ha dejado una huella que difícilmente nada ni nadie va a poder subsanar. Esto es lo que tiene enamorarse de una máquina cuasi perfecta señores, que tarde o temprano te hará sufrir. Afortunadamente para todos nosotros, queridos amigos mecánicos y fotógrafos, la máquina perfecta no existe. ¿Qué gracia tendría?.

Aunque llegue tarde te lo susurro: siempre serás única y especial para mí

El principio del fin

viernes, 22 de enero de 2010

Bueeeno, que abandoao está esto madre mía. Ya se que hace mucho tiempo que no escribo, pero es que honestamente no me apetecía demasiado hacerlo. Últimamente he estado más dedicado a la fotografía y he dejado bastante de lado esto de escribir. Así que si véis algún error, perdonadme.

Lo que me ha motivado a escribir, ha sido una noticia que leí el otro día en internet y que me ha impactado bastante: por lo visto hay escasez de vehículos a la venta en Venezuela. Las razones de la falta de coches nuevos en los concesionarios se debe a diversos factores, dependiendo por lo visto de la paersona a la que le preguntes. Si preguntas al sector "oficialista", el que apoya incondicionalmente a Chávez, te responderán que el motivo es que el consumo se ha disparado debido a una siempre creciente economía. Es decir, a la gente le sobra el dinero y, como en teoría no tiene en que gastárselo, pues se compran coches. Más o menos es lo que te dicen.



Si preguntas a otros, te dirán que la culpa la tiene la fuerte devaluación de la moneda venezolana que hace que el coste de los vehículos se dispare (hasta un 70 por ciento según tengo entendido) y que por ello los fabricantes se planteen detener la fabricación de vehículos. En algún sitio he leído, que un Aveo (un coche que aquí en España cuesta unos 11000 euros) cuesta en Venezuela la friolera de 20000 euros y que por lo visto, la fuerte devaluación que seguirá sufriendo la moneda hará que su precio suba hasta los 80000 o 90000, el mismo precio que puede tener un BMW. Esto se debe a que el gobierno ha denegado algunas de las licencias de importación al haber descendido el precio del petróleo.
Las explicaciones son variadas y dependen de la fuente y de una gran cantidad de factores económicos que no me siento capaz de explicar. Sin embargo, resulta muy curioso ver como en el país en el que más barato resulta rellenar el depósito (aproximadamente unos 3 céntimos de euro por litro) no se puedan comprar coches nuevos. No se, me resulta curioso.
También hay que decir que el precio real de la gasolina es mucho más eleveado. Lo que hace que para el venezolano echar gasolina sea muy barato, es el enorme desembolso que hace la única compañía petrolífera venezolana : unos 16000 millones de euros al año (centimillo arriba, centimillo abajo). Teniendo en cuenta que la compañía ha sufrido grandes pérdidas en los últimos años, probablemente el precio de la gasolina tenga que subir. Si esto aquí en España es una mala noticia, es un país en el que gracias a esta medida, entre muchas otras, se produjeron disturbios y saqueos, es una muy muy mala noticia.
Esta noticia, aparte de curiosa, pone de manifiesto la gravedad de la situación. Las licencias de importación no se aplican solo a las empresas del sector automovilístico, sino que se aplican también a medicinas, alimentos, etc. En Venezuela empieza a haber escasez de medicinas y desde hace tiempo ya hasta de ciertos alimentos. Esto es un gravísimo problema, sobre todo en un país en el que si ya en tiempos, ya no digo buenos sino simplemente decentes, la medicina pública era un desastre, ahora tiene que ser un completo caos.
La cosa allí pinta muy feo. Tener fe en el gobierno y en sus políticas económicas y de racionamiento, convocar elecciones y cambiar de presidente o un golpe de Estado (esperemos que no) son algunas de las muchas soluciones que tienen (o tenemos) los venezolanos para salir de un panorama económico realmente desastroso. No se sabe ni cómo ni cuando se saldrá de esta, pero lo que si se sabe con seguridad es que la salida no será fácil y las consecuencias que dejará serán desastrosas.

Desaparecida

lunes, 10 de agosto de 2009


Mi nombre es S. Ruhig. Trabajé para el Gobierno desde 1935 hasta 1991, fecha en la que me retiré. Me retiré con 76 años porque no quería dejar mi trabajo hasta solucionar uno de los casos más intrigantes de los que he sido testigo a lo largo de mi carrera como agente: la desaparición de Emily Knapp. Lo que ahora te voy a contar está clasificado como Alto Secreto y su divulgación está penada con la cárcel.



Corría el año 1956 cuando nos llamaron para resolver el caso Knapp. Mi compañero era el agente especial Kumpel, un novato. Ambos éramos agentes de la O.P.I.O., la Oficina de Protección y de Información Oficial. Nuestro trabajo consistía básicamente en dos cosas: trabajar con la policía en la resolución de casos y de guardar en estricto secreto y archivar cualquier información que supusiese un riesgo para la seguridad nacional. El caso Knapp era las dos cosas.




Emily Knapp era una chica de 20 años que desapareció en extrañas, no, mejor, en extrañísimas circunstancias un 20 de junio de 1956. A eso de las 6 de la tarde salio de su casa para ir a un autocine de la zona para ver El hombre que sabía demasiado. A las nueve de la noche cogió su coche con rumbo a la carretera 47. Media hora después hubo una explosión que se oyó a unas 15 millas a la redonda. La policía localizó el supuesto sitio de la explosión a unas 2 millas de la carretera 47. En el lugar había un cráter de 45 metros de diámetro y en el centro estaba el Ford de Emily, intacto. En el asiento del conductor había una diadema y en la guantera una nota dirigida a un tal S.R. que ponía: Nos veremos más tarde, no desesperes. 9622000/4523567. La letra coincidía con la de Emily. La propietaria del coche no volvió a aparecer. En el cráter no había signos de explosivos ni restos de una bomba.



Cuando Kumpel y yo llegamos al poblado donde residía Emily, lo primero que hicimos fue ir al cráter. Allí estaba un destacamento custodiándolo de curiosos, así como un grupo de científicos con trajes antirradiación y contadores Geiger. Nos dijeron que la radiación no era muy fuerte en la zona, pero que había que tener cuidado. Uno de los científicos nos mostró el coche, un Ford Coupe Deluxe de 1944 azul claro y con llantas blancas, que se encontraba como nuevo en el centro del cráter. El coche era lo único que no daba muestras de radiación. Además nos dijo que a pesar del fuerte ruido de la explosión y de lo intensa que tuvo que haber sido (lo comparó con el cráter que produce una bomba de 500 libras), no hubo onda expansiva, ya que un pequeño cuartel de la Guardia Nacional que se encontraba a una escasa milla de allí, no había sufrido daños por la onda expansiva.



Que el coche estuviese en el centro del cráter, sin huellas de neumáticos que indicasen que pudo haberse movido allí después de la explosión es raro, pero más raro es que ese coche estaba hecho una tartana cuando Emily lo compró. De hecho era conocido en el pueblo precisamente por eso. Sin embargo el coche del cráter era distinto, estaba como nuevo. Hicimos comprobar los números de bastidor y de matrícula para confirmar que era el de la chica. El resultado nos dejó más perplejos aún: el coche era el de Emily, pero no era que pareciese nuevo, ¡es que era nuevo! En la Ford nos dijeron que el coche parecía no haberse usado nunca, aunque había sido vendido 12 años antes.



De los interrogatorios, el más curioso fue el que le hicimos a un granjero de 55 años de la zona al que todos en el pueblo llamaban Chester. El tipo vivía en una cabaña al lado de la carretera 47, a20 millas del sitio de la explosión, pero solía visitar mucho el pueblo para comprar comida y munición del 12 para su escopeta.



- ¿Sabe algo de la desaparición de Emily Knapp? –pregunte.

- Pos que ha desaparecío. Ná más.

- Ya…claro. ¿Donde estaba usted ayer más o menos a las 21 horas?

- Pues vigilando que esos chiquillos no entrasen en mi propiedad. Son muy molestos ¿sabe? Creen que por venir de la ciudad pueden hacer lo que les venga en gana en el pueblo.

- Supongo que no habrá oído la explosión, ¿verdad? –preguntó mi compañero

- No, pero si que vi en el cielo una luz. No he dicho ná a la policía poque pensé que era un avión del aeródromo militar. Siempre vuelan mu bajo pa´ asustá a los pueblerinos ¿sabe? Pero yo ya no me asusto porque ya se que son.

- Eso es bueno, siempre hay que estar preparado. ¿Así que una luz? ¿Y cómo era? –pregunté yo

- Pues una luz hombre, ¿Qué quiere que le diga? Voló muy rápida hacia el norte. Al principio me resultó raro que volase tan rápido, pero con estos aviones de chorro ya no se sabe.

- ¿De chorro? –dijo mi compañero aguantando una carcajada

- Si ya sabe, estos que ya no usan las hélices pa´ na.



El resto no lo mencionaré porque consiste en una serie de inútiles explicaciones que dio mi compañero al granjero sobre aeronáutica y motores de reacción.



En el aeródromo nos dijeron que ningún avión militar o del Gobierno había sobrevolado la zona a esas horas. Hubo una pequeña señal en el radar, pero probablemente fuese un error de interpretación del radar (una bandada de pájaros o cualquier otra cosa del estilo) que lo confundiese.



Del destinatario de la nota no conseguimos averiguar nada. En principio creímos que podría ser para Shellion Rogers, un pariente lejano de Emily. Pero apenas se conocían y ni siquiera se caían bien. Luego pensamos que podía ser para Serena Richards, una compañera de instituto, pero descubrimos que hacía un par de años que no se hablaban por una discusión. También intentamos con una tal Sibille Ruft, una señora austriaca de mediana edad vecina de Emily. Ésta dijo que apreciaba a Emily y que estaba segura de que ella también la apreciaba, pero que su relación era de vecinas que se veían los domingos en la iglesia y que apenas hablaban. Fuimos probando con un gran número de personas que podían tener una relación con Emily, sin resultado.



Probamos suerte con los números. No era ni un número de teléfono, ni un apartado postal en China o en Marruecos (ideas de Kumpel), ni un código postal, ni las coordenadas de un mapa de carreteras, nada. No era nada.



La investigación duró meses y no se sacó nada en limpio. El coche permaneció en la zona hasta que se decidió moverlo a un sitio donde no estuviese expuesto a la radiación del cráter. Una vez que se sacó de allí la radiación desapareció y volvió a aparecer a 2900 kilómetros en una base de la Marina(donde se había decidido llevar el coche)que el O.P.I.O. utiliza para archivar sus expedientes secretos. Se construyó una caja de plomo y hormigón para guardarlo y se volvió a trasladar a un hangar del ejército cuya situación desconozco. El Gobierno clasificó todas las pruebas como Alto Secreto y se “destruyeron” la mayoría de los informes policiales.



La gente empezó a pedir explicaciones sobre ocurrido. Chester se convirtió en un tipo realmente famoso: lo entrevistaban de todaspartes e incluso salió varias veces por la televisión nacional. Su explicación era la más "lógica" de todas: eran extraterrestres. Aunque realmente Chester nunca dijo que lo fuesen, los medios malinterpretaron las palabras del granjero. La O.P.I.O. se inventó rápidamente una explicación para el suceso: era gas de algún pantano de los alrededores mezclada con la radiación llegada de Venus. De Emily y el coche no se dijo nada.



Con el paso del tiempo me fui obsesionando con el caso, gastando toda mi energía en resolverlo, hasta que Kumpel me dijo que o lo dejaba o se buscaba otro compañero más cuerdo. El aprecio que le tenía me obligó a dejar de lado el caso Knapp hasta que en 1970 dejó el cuerpo y se fue a la división de Inteligencia Aérea del Ejército. Me dijo que allí cobraba más, aunque realmente lo que le gustaba era estar sentado en un avión fotografiando las líneas enemigas a 5000 metros de altura. Desde entonces he estado examinando las pruebas, salvo el Ford del que desconozco su paradero, e intentando descifrar esa nota.



A dónde fue Emily Knapp, si murió en 1956 o si sigue viva en alguna parte es algo que no creo que consiga resolver nunca. Mis hijas me dicen que aproveche mi jubilación para irme de vacaciones a Marruecos y que evite encontrarme con cosas raras allí, como los espías de la última película que vio Emily.

Seven Drunken Nights - The Dubliners

martes, 31 de marzo de 2009

últimamente me ha dado por la música tradicional irlandesa. Os dejo con esta canción popular bastante curiosa (no os he subido un vídeo porque no tenía ni idea de como)


As I went home on Monday night as drunk as drunk could be
I saw a horse outside the door where my old horse should be
Well, I called me wife and I said to her: Will you kindly tell to me
Who owns that horse outside the door where my old horse should be?

Ah, you're drunk,
you're drunk you silly old fool
still you can not see
That's a lovely sow that me mother sent to me
Well, it's many a day I've travelled a hundred miles or more
But a saddle on a sow sure I never saw before

And as I went home on Tuesday night as drunk as drunk could be
I saw a coat behind the door where my old coat should be
Well, I called me wife and I said to her: Will you kindly tell to me
Who owns that coat behind the door where my old coat should be

Ah, you're drunk,
you're drunk you silly old fool,
still you can not see
That's a woollen blanket that me mother sent to me
Well, it's many a day I've travelled a hundred miles or more
But buttons in a blanket sure I never saw before

And as I went home on Wednesday night as drunk as drunk could be
I saw a pipe up on the chair where my old pipe should be
Well, I called me wife and I said to her: Will you kindly tell to me
Who owns that pipe up on the chair where my old pipe should be

Ah, you're drunk,
you're drunk you silly old fool,
still you can not see
That's a lovely tin whistle that me mother sent to me
Well, it's many a day I've travelled a hundred miles or more
But tobacco in a tin whistle sure I never saw before

And as I went home on Thursday night as drunk as drunk could be
I saw two boots beneath the bed where my old boots should be
Well, I called me wife and I said to her: Will you kindly tell to me
Who owns them boots beneath the bed where my old boots should be

Ah, you're drunk,
you're drunk you silly old fool,
still you can not see
They're two lovely Geranium pots me mother sent to me
Well, it's many a day I've travelled a hundred miles or more
But laces in Geranium pots I never saw before

And as I went home on Friday night as drunk as drunk could be
I saw a head upon the bed where my old head should be
Well, I called me wife and I said to her: Will you kindly tell to me
Who owns that head upon the bed where my old head should be

Ah, you're drunk,
you're drunk you silly old fool,
still you can not see
That's a baby boy that me mother sent to me
Well, it's many a day I've travelled a hundred miles or more
But a baby boy with his whiskers on sure I never saw before

And as I went home on Saturday night as drunk as drunk could be
I saw two hands upon her breasts where my old hands should be
Well, I called me wife and I said to her: Will you kindly tell to me
Who owns them hands upon your breasts where my old hands should be

Ah, you're drunk,
you're drunk you silly old fool,
still you can not see
That's a lovely night gown that me mother sent to me
Well, it's many a day I've travelled a hundred miles or more
But fingers in a night gown sure I never saw before

As I went home on Sunday night as drunk as drunk could be
I saw a thing in her thing where my old thing should be
Well, I called me wife and I said to her: Will you kindly tell to me
Who owns that thing in your thing where my old thing should be

Ah, you're drunk,
you're drunk you silly old fool,
still you can not see
That's a lovely tin whistle that me mother sent to me
Well, it's many a day I've travelled a hundred miles or more
But hair on a tin whistle sure I never saw before





Andanzas de Yirko por esa galleta Oreo que es la vida

domingo, 1 de marzo de 2009

He vuelto por petición popular (mayormente por Zanahoria, que sino me corta los...) aunque no tengo muchas cosas que contaros. Bueno no, miento, si que tengo cosas que contar. En este mes, que es mi favorito del año, han pasado varias cosas ente ellas que llegue a la edad de 20 años (aplausos) y debo de decir que en unas condiciones físicas buenas, aunque estoy algo fondón. En cuanto a mis condiciones mentales, debo decir que no están tan bien como las físicas (estoy algo fondón).

Hay que ver, que lejos queda aquel 18 de febrero de 1989 en el que mis padres decidieron traeré al mundo. Digo decidieron, porque a mi madre le había programado la cesárea para una semana más tarde, pero ella decidió ir al médico porque ya no aguantaba más (es la versión Yirko de la historia con dos cervezas). También queda lejos aquel 18 de febrero en el que cumplí los 18. Era libre, despejado y tenía exámenes. Legalmente ya podía beber, fumar y conducir. Aunque también podía ir al talego por hacer dos de esas cosas a la vez. Recuerdo que ese verano, después de enterarme de que aprobé la selectividad, decidí que iba a hacer muchas cosas. Al final me toque los huevos hasta septiembre, cuando me tocó irme a Cartagena a la base de la Marina.



Mis compañeras de clase me preguntan como me siento al cumplir los 20, si me siento más viejo. Yo les digo que me siento igual que con 19, solo que con un año más. Al fin y al cabo ¿que es un año?, aparte de 365 días, no todos ellos laborables gracias a UGT y CC.OO. Sin embargo no es cierto (lo de los sindicatos si), si que me siento algo mayor, hay cosas que me habría gustado hacer, muchas cosas. Sin embargo creo que se me ha abierto una nueva etapa por delante llena de ilusiones y desengaños, de saborear la vida como no la había saboreado antes... ¡Oh dios mio! creo que he llegado a la crema de la oreo.



Dejando el tema de mi vejez, este mes también he metido a mi novia en una adicción: los Crispy Chicken. Amigos lectores, si por casualidad tienen amigos que no han comido casi nunca en BK, McD o establecimientos en los que se sirvan alimentos con el nivel nutritivo de un zapato cubierto con petróleo, sigan mi consejo: ¡No los llevéis! Desafortunadamente mi amiga Zanahoria era una de esas inocentes personas hasta que cometí el erro de llevarla a un BK. Ahora esta recibiendo tratamiento especial para quitarse el mono. Rogamos no hagáis bromas al respecto.



En otro orden de cosas este mes también es el mes de los enamorados. Enhorabuena a los que tengáis pareja, churri, churro, tortolito, etc. Ya se que la felicitación va algo tarde pero es que ya os he dicho que mis facultades mentales no están en plena forma. A todo aquellos que no tengáis pareja o cualquier otro espécimen de la talla, os doy un consejo: aprovechad (consejo sobre todo destinado al público masculino).



Aún así queridos lectores he de decir que mi novia me ha hecho un regalo bastante chulo por san Valentín, así que tampoco es tan grave el berenjenal en que me he metido (lo siento Zana, ya conoces mi naturaleza bromista y algo cabrona)



También hay que decir que este mes se me ha hecho bastante largo porque tengo a un inquilino en mi habitación ( no no son los topillos, esos se hartaron de que los persiguiese con los petardos. Espero que no se enteren que no tengo mas). Se trata de un amigo de mi padre que por motivos personales (solo os puedo decir que se ha puesto el casco de vikingo) ha tenido que irse de casa y buscarse otro piso. Por supuesto, mi padre en toda su generosidad, le ha ofrecido mi habitación. Me dijo que el mes que viene firmaba el piso nuevo, así que espero que no tarde mucho en irse. Lo que si echaré de menos serán sus viajes en coche hasta la facultad por las mañanas, pero bueno, nada dura para siempre (afortunadamente)



Es también digno de mención que ya he acabado los exámenes. Me he deshecho de la peor asignatura que he tenido desde bachiller. Se trata nada mas y nada menos que de Historia de la Alemania Moderna (música tenebrosa). El profesor era un pesao de cojones (lo siento por el taco) y la asignatura un rollo de tres pares de narices, así que ha sido todo un alivio poder deshacerme de ella. La verdad es que tuve mucha suerte, porque hice los trabajos en el último momento, no estudié casi nada en el examen y me dormía en casi todas las clases, pero aún así saqué un 7. Sin duda alguna tengo mucha suerte (o es que este hombre le pega a alguna clase de bebida espirituosa). En cuanto al examen de Teoría de la Literatura, creo que mi suerte se gastó toda la munición en Historia, porque suspendí el examen de mala manera. De todas formas no me quejo, porque tampoco estudié mucho.
Bueno, ya no me quedan muchas más cosas que contar así que será mejor que os deje tranquilos. Sin embargo antes quiero daros un consejo: la vida es como un galleta oreo, tiene cosas que nos gustan más y que nos gustan menos, sin embargo en su totalidad está muy rica (y si la mojas mejor ;))
Hasta otra, cambio y corto.

Dia de rebajas

viernes, 16 de enero de 2009

Si señores, ya estamos en enero. El 2008 ha sido un duro año de crisis y se ha notado. Sin embargo, gracias a Dios (y sobre todo al Corte Inglés) tenemos ese maravilloso invento de las rebajas para empezar con buen pie el año que acaba de comenzar. Lo cierto es que a mi eso de ir de compras (o como vulgarmente se denomina en la lengua pijo-vulgar: shopping) no es algo que me entusiasme sobremanera. Solo voy a comprar ropa cuando veo que realmente la necesito, por ejemplo en los casos siguientes:

-La he dejado cerca del radiador y se ha quemado (no es habitual)
-La he dejado secando al sol, se me ha olvidado y se me ha quemado (algo más habitual que la anterior)
-He estado haciendo el garrulo con ropa no equipada para hacerlo (bastante habitual)
-Ya me queda pequeña o con el tiempo se ha desgastado (no suele pasar porque no llego a desgastarlas por el tiempo gracias a mi garrulería)
-Por accidente he aspirado la camisa o el pantalón y se ha roto (es de tontos pero pasa en las mejores familias)

De todo lo anteriormente expuesto podemos deducir dos cosas: la primera, que lo mejor es que no me regaléis ropa y la segunda, que dado la poca ropa que compro debo de ir siempre como un gañán. Si os habéis hecho estas u otras suposiciones parecidas, estaréis en lo cierto. Dado que tuve un pequeño accidente doméstico, sangré como un gorrino y me cargué un jersey y unos pantalones, decidí ir a comprar algo de ropa para compensar las bajas sufridas en mi escaparate. Como en cuestiones de gusto no soy precisamente un hacha decidí contar con la compañía inestimable de mi novia que en eso me lleva una ventaja considerable.

Bien, una vez habiendo llegado al Vallsur (un centro comercial en Valladolid), es muy gracioso ver como una turba de gente se lanza hacia los escaparates de las tiendas en busca de ese trapito que vieron hace mucho, no les convencia por el precio y ahora tienen a su merced. Bueno, merced, ya me entendéis, hay que arrebatárselo a otra chica/o que quiere el mismo trapito que tu. Vosotros, estimados lectores, podréis pensar: "este tio es un exagerao". Y si, puede que tengáis razón, pero mi tendencia a exagerar algunas cosas no me la quita a mi. Cuando se trata de rebajas creo que nadie (incluido un servidor) es capaz de contenerse a comprar aunque sea, una cosa. Bien, afortunadamente, y después de hacer una larga cola. pudimos salir de la tienda con un jersey que la verdad no esta nada mal. 4 horas estuvimos pululando por el centro comercial hasta que nos fuimos y la verdad es que, a pesar del cansancio que tenía, yo salí mas relajado que nunca de aquel sitio. Con todo y las colas y las muchedumbres la verdad es que esto de las rebajas relaja muchísimo.

Para acabar esta entrada voy a daros un consejo: en lugar de quedaros en casa, viendo la tele y leyendo chorradas supinas como estas, yo os recomiendo que salgáis fuera y deis un paseo por cualquier centro comercial aunque no compréis nada. Ya veréis que bien os sentís despues de ver la cantidad de cosas bonitas que hay por ahí y que, aunque no las podáis comprar o no os apetezca hacerlo, no pasa nada, porque soñar es gratis y no hace falta esperar a enero para que nos lo descuenten (de momento).

Volvere

lunes, 12 de enero de 2009

Ya se que esto ha estado un poco abandonado estos últimos meses, pero es que la inspiración no acababa de llegar y no recibía muchas noticias del frente (vamos que ultimamente mi vida no ha dado mucho de si,los madrugones han bloqueado un poco la llegada de la inspiración, y que no me apetecía mucho escribir. Sin embargo,no os preocupéis estimados, aunque pocos lectores, dentro de nada empezare a escribir de nuevo contándoos mis andanzas por ese sitio al que llaman mundo, y fijo que no aburriran a nadie (o almenos eso espero xD). Asi que nada, un saludo y hasta la próxima vez. Se despide;

Yo